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viernes, 29 de enero de 2016

Elogio de la gramática

He encontrado en internet esta entrevista de La diaria, un periódico uruguayo a dos personalidades importantísimas de la lengua española, Ignacio Bosque, y Brenda Laca. He decidido tomar prestados los párrafos más significativos en mi opinión, pero cualquiera puede acceder a todo el texto con un click, por supuesto.

(Ignacio Bosque)... Mi campo de trabajo es la gramática del español, creo que es esencial que el profesor conozca el sistema gramatical y luego adapte ese conocimiento a los niveles adecuados, de acuerdo a las edades y a la formación de sus estudiantes. Hay que tener en cuenta que la lengua es una parte esencial de nosotros mismos, no algo que está afuera; los estudiantes creen que la lengua es como el Código de Derecho Mercantil, algo que está ahí afuera y no tiene nada que ver con ellos. Se suele enseñar una gramática rutinaria, un etiquetado mecánico y circunstancial; siempre surge la pregunta de por qué los estudiantes la detestan, y la respuesta es sencilla: porque no tiene nada que ver con ellos. El cambio fundamental que hace falta en la docencia de la gramática es que los docentes permitan esa noción de la lengua como un patrimonio individual y colectivo, pero sobre todo individual, que les pertenece a los estudiantes, y uno intenta que conozcan mejor una parte de ellos mismos.
(Brenda Laca): ... Algo que me sorprende siempre, a partir de observar otras comunidades lingüísticas, es la unidad increíble que ha mantenido el español a lo largo de los siglos. Es cierto que hay diferencias; Ignacio, estarás de acuerdo conmigo en que lo fundamental es la estructura de la gramática: aunque haya diferencias de vocabulario, de pronunciación y todo lo demás, esa estructura se ha mantenido increíblemente semejante, pese a la enorme expansión del español. En cuanto a la enseñanza, estoy de acuerdo en que cuando la gramática se enseña de forma escolástica, rutinaria, o sin que la persona que está enseñando entienda qué es lo que está enseñando, por qué lo está enseñando, se vuelve una tortura para el alumno; pero se puede enseñar gramática de otra manera, que estimule. Coincido en que enseñar gramática es apropiarse del idioma, de algo que es propio de cada uno, y además tiene un efecto formador del razonamiento: la gramática bien enseñada puede ser tan útil en este sentido como la matemática o la lógica. Por otra parte, es una manera de formar ciudadanos, gente que no acepte que le den cualquier cosa con argumentos vacíos; claro, es así siempre y cuando se enseñe de una manera adecuada.
(Ignacio Bosque): Educar es enseñar a crecer personal e intelectualmente, pero también ayudar a argumentar, a formar la capacidad crítica; un estudiante debe ser capaz de darse cuenta de que le están dando un argumento de autoridad, debe ser capaz de reaccionar ante eso. La capacidad crítica de los ciudadanos se educa, no va de suyo. La gramática es la arquitectura del pensamiento, es el sistema que nos permite dar forma a lo que pensamos y sentimos. No obstante, los estudiantes no lo ven así, y ellos no tienen la culpa: alguien les ha transmitido la idea de que es un etiquetado mecánico que hay que hacer porque es una actividad curricular; es terrible, pero realmente es así. La educación es lo más importante de cualquier sociedad; yo no sé si los políticos están realmente convencidos de eso. La gramática es una pequeña parte, pero hay que educar en valores cívicos, hay que enseñar la capacidad crítica, a no aceptar todo lo que nos digan, hay que enseñar a argumentar y contraargumentar, a dar discursos articulados y formular encadenamientos coherentes. Todo eso es parte de la educación.
-Usted sostenía que hay que transmitirles a los estudiantes que la lengua les pertenece, que es parte de ellos; a eso subyace una postura teórica…
(Ignacio Bosque): -Un docente de español no tiene que ser especialista en lingüística teórica en absoluto, ni siquiera en teoría gramatical. Lo que sí es necesario es que conozca la gramática en todo su detalle. Creo que en buena medida la gramática tradicional proporciona instrumentos bastante útiles, bastante afinados y detallados, para analizar la lengua y presentarla en clase de manera suficientemente profunda y articulada. Distingo gramática tradicional de gramática escolar: con “gramática tradicional” me refiero a la de los buenos gramáticos tradicionales, como Andrés Bello; la gramática escolar es la de los libros de texto, esa gramática simplificada que se presenta en las aulas como si fuera la gramática tradicional, aunque no es así. En este curso estoy usando básicamente instrumentos de la gramática tradicional, por supuesto que con cierta versatilidad, combinándolos. Intento sacar el máximo rendimiento posible de esas herramientas clásicas.

(Ignacio Bosque) :… Creo que en lo que tú planteabas ha tenido incidencia el intento por acabar con la gramática y sustituirla por otra cosa, que suele ser el discurso, la pragmática. Pensemos en una disciplina como la arquitectura: existe el urbanismo, que consiste en una relación entre las piezas que componen la ciudad; tiene que haber edificios, parques y plazas, pero también hay que saber cómo se construye una casa, porque si uno la construye mal se hunde. En ese caso nadie confunde: el urbanismo es necesario pero no niega ni suple los elementos básicos de la arquitectura; entonces, ¿por qué no sería igual en este caso? Por supuesto que existen el discurso y la pragmática, pero eso no impide que uno tenga que saber lo que es una pasiva refleja. Esa comparación con la arquitectura lo hace evidente: tiene que haber estudios de pragmática y de análisis del discurso, y los hay muy buenos, pero eso no anula la gramática y la estructura de lo simple. Lo simple es anterior a lo complejo en cualquier disciplina.


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